Y no por eso dejámos de amar,
Y no por eso dejámos de perdernos orgullosamente,
Y así y todo seguimos empecinadas con la vida,
Arrastradas por impulsos alegres, cuando no tristes.
Arrastradas por las alfombras rojas,
Por príncipes valientes y princesas sin rumbo.
Igual seguimos sin creer en el “Angel Face” pero con el
vestido puesto,
El vestido apelmazado confundido con nuestra piel
y nuestra piel confundida.
y nuestra piel confundida.
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