va domándose a si mismo
ya sabe de sus berrinches
de su corcoveo
de sus alas de llanto
y de sus ataques de ira
volver a mi. ya sé
Ya sé que el aroma a café fresco es una flecha
a la efervescencia
buscaré no desvanecerme en mi propia
espuma del amoroso amor.
Podré amar con todo el océano que tengo.
que me regala mi integridad y tanta
revolución solar
aunque no me halle
tendré paciencia hasta encontrarme
hasta creer en mi calma
en mi compostura
en mis cabellos lacios, lácteos,
almidonados.
hace falta mucha calma para desatar grandes tormentas, hermosas y terribles.
ResponderEliminar(domar, corcovear, relinchar... hay un pingo encabritado, ¿quién ligará la patada?)